![]()
INTRODUCCIÓN
El hombre no es un ser abstracto. El hombre es un ser concreto, una persona humana que se actúa en su proyecto de vida.
La persona humana está en un continuo desarrollo, porque
es un ser histórico que tiene un pasado y un futuro hacia donde se dirige;
existe, pero al mismo tiempo llega a ser; jamás está perfectamente hecho, siempre está en camino, en un continuo desarrollo, de llegar a ser;
en su existir y en su llegar a ser, el hombre no parte de un punto cero. El punto de partida del existir y del llegar a ser no es la nada. El hombre parte de aquello que ya ha recibido y de aquello que ya ha conseguido. La persona humana es un ser con herencia (cultura, religión, raza, lengua, tradición, historia, etc.). Esta herencia contiene en sí ya una determinada tendencia u orientación que a su vez determina al hombre.
su existir y llegar a ser no ocurre pasivamente; el hombre se proyecta activamente hacia su futuro en el cual se realiza;
finalmente, la persona humana, aunque contingente, siempre permanece abierta a una eventual llamada de su Creador (Redentor) a quien puede responder. Pero el futuro absoluto del hombre no le pertenece; éste pertenece a Dios.
Vivimos en una
época de grandes avances científicos y tecnológicos: la radio, el teléfono, la
televisión, los aviones, etc. Todos estos avances que ha realizado el hombre los
ha tenido que realizar respetando ciertas leyes que están inscritas en la
naturaleza y por ello, alcanzaron el éxito.
El hombre, cuando respeta la naturaleza propia del ser humano, alcanza la
felicidad y la plenitud. Cuando va en contra de su naturaleza, cae en el vacío.
Su vida pierde sentido, como le sucede, por ejemplo, a una persona adicta a las
drogas.
La persona humana se realiza en su actuar. Entre las personas y sus actos hay unidad porque es el " yo " que se actúa en sus actos.
En toda comunidad humana (de seres libres que tienen dominio sobre sus actos) es necesaria la existencia de una norma que indique en que sentido debe orientarse el actuar libre del hombre, de modo tal de indicar el sentido que se necesita para alcanzar la finalidad para la cual esos individuos han decidido vivir en comunidad.
Para que el hombre no ponga en lugar de la norma moral de su existencia a su propio capricho, es necesario un LEGISLADOR que entiende "OBLIGAR”.
La función de la ley es llevar el hombre a realizarse plenamente como ser libre.
Etimológicamente la palabra "ley" (del latín lex, legis) es de origen oscuro. Los antiguos atribuían gran importancia a la etimología de las palabras, convencidos de que las palabras podrían revelar la esencia de las cosas. Actualmente se hace venir la palabra "lex" de "lagh" (raíz indoeuropeo) que quiere decir: " poner, establecer”.
El término ley tiene diversas acepciones o significaciones, que guardan entre ellas cierta analogía, pues aunque son distintas tienen algo común o semejante. En un sentido muy general, se denomina “ley” a todo lo que regula un acto u operación, sea cualquiera su especie; en este sentido amplio puede decirse que la “ley” es una obra u ordenación de la razón que expresa un deber ser. Así es posible hablar tanto de leyes físicas como de leyes técnicas y de leyes morales.
La ley física es la que determina el comportamiento de un agente puramente natural; p. e., la ley de la caída de lo objetos (ley de la gravedad).
La ley técnica ordena un acto humano hacia un fin restringido y no último; tal es el caso de todas las reglas de las artes.
Por el contrario, la ley moral habrá de ser aquella que regule los actos humanos en tanto que humanos, es decir, no según un valor relativo, sino según su valor absoluto, o sea, como realizados por un último fin”